Carabobo."La Revolución confía en sus
servidoras y servidores públicos y les encomienda la tarea de ser instrumentos
para alcanzar la soberanía plena" con estas palabras felicitó a los
servidores públicos en su día el presidente Chávez en septiembre del 2012,
palabras que no solo son de felicitación sino de compromiso moral para todos
los que tienen responsabilidades en diferentes niveles dentro de las
instituciones.
Frases como “allí viene esa
gente”, “es que la gente es muy arrecha”, “mira lo que hizo esta” parecen estar
a la orden del día cuando vamos a alguna institución y nos sentamos unos
minutos cerca de algún escritorio, actitud que pareciera que nació en la 4ta Republica pero que en
demasiados casos se repite en nuestra 5ta Republica, que por demás pareciera
contagiarse de los viejos funcionarios hacia los nuevos servidores.
Exceso de trabajo que hace del
día a día un trabajo de maquinas indolentes o exceso de tiempo libre que aparta
los servidores de su labor parecieran ser las formulas para ir sembrando esa
semilla que se va convirtiendo en maltrato hacia todos los que van llegando a
la comandancia de la policía, al hospital, a la escuela, a la alcaldía,
gobernación o ente ministerial; donde
pareciera que todo los que no sabe realizar los trámites son motivos de
“fastidio”.
La indiferencia de ese servidor público
que en la mayoría de los casos vive en las comunidades más populares de nuestra
ciudad o en alguna comunidad de clase media que se acerca más a la popular que
a la de elite, va olvidando su origen de cada mañana, y asi mismo va olvidando
la necesidad de tapar el hueco de su cuadra, alumbrar la plaza o incluso
colocarle agua a la escuela donde estudió de niña y ahora usas sus propios
hijos e hijas.
El 4 de septiembre es el día del
servidor público, ese que su labor se concentra en “servir al público” y que
con una sonrisa, unos buenos días u ofreciendo una tacita de café (cuando se
pueda) ayudara en sobre manera a aquella persona que se acerca a su escritorio
porque ya tiene un problema y centra sus esperanzas en que desde ese lugar le
ayuden a resolver.
Pero la pelota del maltrato no
solo está del lado del servidor público, muchas veces ese público al que hay
que servir deja de comportarse como
pueblo y empieza a comportarse como un rey malcriado (todos los reyes son así),
donde una cajera no puede ni ir al baño o tomar un vaso de agua porque es
motivo de murmullos o incluso reclamos, en las oficinas de las alcaldías los
buenos días son respondidos con una mala cara.
La crítica y la autocritica debe
avanzar hasta la profundidad de nuestros huesos, todos sabemos la diferencia entre
lo que está bien y lo que está mal, no imitemos lo que sabemos que está mal por
no ver consecuencias (últimamente lo he visto mucho para excusar el tranceo de
los dólares de Cadivi) tarde o temprano nuestros actos tienen sus
consecuencias, y más un servidor público que es el rostro reconocible y la
moral tangible de esa institución que no entendemos cómo funciona pero que, sin
decirlo, confiamos nos ayude a resolver el problema de nuestra comunidad o
personal que nos agobia.
Finalmente les cuento una
anécdota, una vez estaba en casa de una señora tomándome unas cervezas con una
amiga (mi amiga trabaja en una institución que no voy a nombrar) y entre
conversa y conversa mi amiga decía que aunque ella estaba allí como persona
compartiendo un día de descanso con sus amigos y conversaba con la señora como
una persona más a la que acababa de conocer, la señora no la veían como una
persona sino como la muchacha que trabaja en una institución. Por eso no celebro
el día del servidor público sino la responsabilidad y compromiso que debe tener
para con nuestra patria y nuestra revolución.
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