viernes, 6 de septiembre de 2013

Yo no celebro el día del servidor publico

Carabobo."La Revolución confía en sus servidoras y servidores públicos y les encomienda la tarea de ser instrumentos para alcanzar la soberanía plena" con estas palabras felicitó a los servidores públicos en su día el presidente Chávez en septiembre del 2012, palabras que no solo son de felicitación sino de compromiso moral para todos los que tienen responsabilidades en diferentes niveles dentro de las instituciones.

Frases como “allí viene esa gente”, “es que la gente es muy arrecha”, “mira lo que hizo esta” parecen estar a la orden del día cuando vamos a alguna institución y nos sentamos unos minutos cerca de algún escritorio, actitud que pareciera  que nació en la 4ta Republica pero que en demasiados casos se repite en nuestra 5ta Republica, que por demás pareciera contagiarse de los viejos funcionarios hacia los nuevos servidores.
Exceso de trabajo que hace del día a día un trabajo de maquinas indolentes o exceso de tiempo libre que aparta los servidores de su labor parecieran ser las formulas para ir sembrando esa semilla que se va convirtiendo en maltrato hacia todos los que van llegando a la comandancia de la policía, al hospital, a la escuela, a la alcaldía, gobernación o ente ministerial;  donde pareciera que todo los que no sabe realizar los trámites son motivos de “fastidio”.
La indiferencia de ese servidor público que en la mayoría de los casos vive en las comunidades más populares de nuestra ciudad o en alguna comunidad de clase media que se acerca más a la popular que a la de elite, va olvidando su origen de cada mañana, y asi mismo va olvidando la necesidad de tapar el hueco de su cuadra, alumbrar la plaza o incluso colocarle agua a la escuela donde estudió de niña y ahora usas sus propios hijos e hijas.
El 4 de septiembre es el día del servidor público, ese que su labor se concentra en “servir al público” y que con una sonrisa, unos buenos días u ofreciendo una tacita de café (cuando se pueda) ayudara en sobre manera a aquella persona que se acerca a su escritorio porque ya tiene un problema y centra sus esperanzas en que desde ese lugar le ayuden a resolver.
Pero la pelota del maltrato no solo está del lado del servidor público, muchas veces ese público al que hay que servir  deja de comportarse como pueblo y empieza a comportarse como un rey malcriado (todos los reyes son así), donde una cajera no puede ni ir al baño o tomar un vaso de agua porque es motivo de murmullos o incluso reclamos, en las oficinas de las alcaldías los buenos días son respondidos con una mala cara.
La crítica y la autocritica debe avanzar hasta la profundidad de nuestros huesos, todos sabemos la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal, no imitemos lo que sabemos que está mal por no ver consecuencias (últimamente lo he visto mucho para excusar el tranceo de los dólares de Cadivi) tarde o temprano nuestros actos tienen sus consecuencias, y más un servidor público que es el rostro reconocible y la moral tangible de esa institución que no entendemos cómo funciona pero que, sin decirlo, confiamos nos ayude a resolver el problema de nuestra comunidad o personal que nos agobia.
Finalmente les cuento una anécdota, una vez estaba en casa de una señora tomándome unas cervezas con una amiga (mi amiga trabaja en una institución que no voy a nombrar) y entre conversa y conversa mi amiga decía que aunque ella estaba allí como persona compartiendo un día de descanso con sus amigos y conversaba con la señora como una persona más a la que acababa de conocer, la señora no la veían como una persona sino como la muchacha que trabaja en una institución. Por eso no celebro el día del servidor público sino la responsabilidad y compromiso que debe tener para con nuestra patria y nuestra revolución.

No hay comentarios:

Publicar un comentario